jueves, 25 de julio de 2013

¿Tienes una mentalidad escolarizada?

Hoy quiero escribir sobre el principal de todos los obstáculos que yo misma tuve que derrotar para sacar a los niños de la escuela, y eso fue el tener una "mentalidad escolarizada".

¿Qué significa tener una mentalidad escolarizada? Que todo lo que hacemos, hablamos y pensamos sobre educación automáticamente lo adjudicamos a la escuela y lo curioso es que muchas veces la escuela es un obstáculo para alcanzar ese aprendizaje que tanto deseamos para nuestros hijos. ¿Por qué? Simplemente por que la escuela no funciona igual para todos los niños y ni siquiera lo hace para la mayoría.  Creemos que nuestros hijos deben ir a la escuela por que esa es la única manera en que ellos llegarán a adquirir los conocimientos necesarios para su vida posterior, y que sin ella estarían destinados al fracaso, pero siendo sinceros, la simple idea de homogeneizar a los niños separándolos por edades y enseñándoles a todos una misma cosa a un mismo ritmo, ya genera enormes problemas, y deja mucho que desear considerando la increíble diversidad que podemos encontrar en un solo salón de clases. La verdad no nos damos cuenta de que afuera de la escuela hay un millón de posibilidades en que nuestros hijos pueden recibir educación y conocimientos.
La educación nunca debería ser relegada a la escuela solamente

Como padres solemos poner nuestras esperanzas en un sistema educativo, a veces dejándole mucho de lo que nosotros mismos pudiéramos hacer. Pero como dicen por ahi "cuídate de quien confías, no sea que te traicione" y este dicho se aplica bien a la escuela en este momento, ya que ahora mismo gran cantidad de países (a no ser por unos pocos) en todo el mundo están  pasando por una crisis educativa tremenda, debido a que el sistema que aplica la escuela hoy en día no ha sufrido ningún cambio en los últimos 20 años (dicho de la boca de secretario de educación de los E.U.) Nuestro país y de paso también nuestro vecino del norte, entre muchos más, están en quiebra y lo reconocen. Países como China y Finlandia están constantemente actualizando su sistema educativo y para este momento ya nos llevan una ventaja enormemente significativa. La realidad que no hemos querido aceptar es que lo que nuestros hijos están aprendiendo hoy será completamente obsoleto el día de mañana Estamos educando a los niños del siglo 21 con sistemas que funcionaban para el siglo 20. Nadie sabe cómo enfrentarse con esta crisis educativa y todos están volteando hacia todos lados preguntándose cómo resolver algo que por décadas ha sido ignorado. Nosotros como padres tampoco tenemos la respuesta absoluta, pero lo que sí podemos hacer es tomar consciencia del problema y hacer lo que esté de nuestra parte para involucrarnos en el proceso educativo de nuestros hijos desde casa, y no necesariamente me refiero al homeschool. Todos como padres tenemos algo que aportar que la escuela no puede. Ya sean valores, conocimientos, enseñanzas y lecciones de todos tipos que como padres muchas veces dejamos pasar creyendo que la escuela se encargará de ello. No podemos dejarle la educación de nuestros hijos a la escuela, ya que siempre hemos sido los padres los principales educadores de nuestros hijos. La escuela se podría entonces ver como un complemento, pero no como la única encargada de enseñar ni educar. Podemos aportar, tanto como podamos o queramos.

La mentalidad escolarizada nos persigue en la escuela en casa.


Para los que ya hemos decidido desescolarizar y aún cuando nos damos cuenta de que esta ha sido una buena decisión, ya en la práctica muchas veces nos volveremos a topar con nuestra mentalidad escolarizada. Solo con el tiempo lograremos deshacernos de ella, pero ¿cómo sabremos reconocerla?
Seguimos pensando que si no llevamos el mejor currículo, pasamos 5 horas con la cabeza metida en libros de trabajo, rellenando planas los niños se atrasarán y no estarán preparados para el día de mañana cuando tengan que elegir una carrera, pero cuando nos "divorciamos" de la escuela, de pronto el aprendizaje tiene un nuevo significado y lo encontramos en todas partes y de forma práctica en nuestra vida. Ahora una ida al super enseña una lección sobre porcentajes y cantidades y una salida a parque se convierte en tema de ciencias naturales, y hasta cuando vamos en el auto de pronto ya estamos dando clases de educación vial. Nuestra mentalidad sobre el aprendizaje, que antes estaba ligada a la escuela, ahora recae en nosotros y sin darnos cuenta se "activa" de forma natural esa capacidad natural que viene con la paternidad de enseñar a nuestros hijos todo lo que sabemos. Nos damos cuenta de que el aprendizaje es algo natural, que no necesita ser "recreado" de forma sintética y que no ocurre solo mientras estamos rellenando libros. Incluso cuando nuestros niños están simplemente jugando podemos notar que también están aprendiendo. El aprendizaje no es algo que debamos necesariamente "fabricar", por que es algo que ya existe en nuestro diario vivir. Cuando nos damos cuenta de que nuestros hijos son capaces de aprender tantas cosas, incluso sin ninguna ayuda, nos relajamos, y entendemos que esto de los grados escolares y las notas no son mas que una competencia ficticia que hemos creado, pero que no tiene nada que ver con quienes en realidad llegarán a ser nuestros hijos en la vida. Bien conocemos casos de doctores, de licenciados y abogados y demás que andan vendiendo cosas en la calle para llevar dinero a sus hogares por falta de trabajo, y también conocemos al niño que creció solo, sin apoyo de los padres, reprobando en la escuela pero que se las ingenió para salir adelante y se convirtió en un exitoso empresario. No, la escuela no es el mundo real, ni tampoco lo son las notas que obtienen nuestros hijos en un examen. Nuestros hijos son mucho mas complicados que eso; son únicos, y como cada ser único, tienen un don, un talento y una pasión que nosotros debemos ayudarles a descubrir y que es aquello que al final le va a dar no solo un trabajo, sino una misión que traerá un propósito en su vida.

La crisis de la educación no se va a resolver mañana, de eso estamos seguros, pero hoy por hoy ya sea si educamos en casa o no, dejemos atrás nuestra mentalidad escolarizada para comprender el verdadero aprendizaje, el que se vive a diario y en el que todos tenemos algo que aportar. Involucrémonos en este proceso lo más que podamos y disfrutemos de él con nuestros hijos. Pongamos nuestro grano de arena en esto de la educación y seamos parte de la solución, y no del problema.